Todo empezó por la Quiniela y
ahora superamos en puntos de venta a cualquier país de nuestra Europa.
Arrancan las Apuestas
Deportivas en Galicia.
La Quinielas existen en nuestro
país, cotizando a Hacienda, apoyando a la beneficencia, etc, desde el comienzo
de la competición nacional reglada en 1929. Aunque el organismo que hoy las
gestiona sólo las reconozca desde el 22 de septiembre de 1946, fecha en las que
el gobierno del general Franco las pone en explotación directa y dependientes
de la Hacienda Pública, eso si, con el mismo sistema y metodología existente
desde el año 1929, tiempos de República. El día 12 de abril de 1946 se creaba
el Patronato de Apuestas Mutuas Deportivas y Benéficas, provocado por el furor
y la extraordinaria afición al fútbol cuya masiva afluencia a los partidos daba
lugar a que se cruzaran numerosas apuestas entre particulares, basadas en quién
ganaría dichos partidos. Los montantes que en aquellas fechas se movían
alcanzaron tal dimensión que este hecho provocó la regulación administrativa para
la apropiación y monopolio de las apuestas en este país. Significativo que se
repita la historia y ahora suceda algo similar con las nuevas tecnologías,
donde todos presenciamos su crecimiento en el mercado no regulado, tanto
mercantil, como comercial o publicitario y de comunicación, dando paso a la
regulación actual estatal y las también existentes regulaciones autonómicas.
Curiosamente el gobierno del
general Franco sólo se reguló la apuesta basada en el fútbol. Ninguna otra fue
admitida en este país.
Su primera jornada y Quiniela embargada
de tiempos de la República y que arrancara en el ya mencionado campeonato
nacional de 1929, tuvo lugar 17 años después, el 22 de septiembre de 1946 y el
boleto estaba compuesto los 14 equipos que formaban el campeonato en aquellos
tiempos, sólo siete encuentros, que eran los siguientes y por este mismo orden:
Atl. Bilbao-D. Español (cuyo resultado fue 4-1),
Murcia-Castellón (2-0),
Oviedo-R.Madrid (0-0),
At. Aviación-Real Gijón (2-2),
Valencia-Sabadell (1-0),
Barcelona-Club Celta (1-1),
C.D.Coruña-Sevilla F.C. (0-0).
Se jugaron 38.530 boletos, la
facturación ascendió a 77.060 pesetas. Sólo aparecieron 62 boletos premiados,
dos de la primera categoría que se embolsaron 9.603 pesetas cada uno de ellos,
uno de la segunda categoría, que se embolsó la cantidad de 7.202 pesetas, uno
de la tercera categoría, que cobró 4.801 pesetas y 58 premios de consolación
que se llevaron la nada despreciable cantidad para la época de 59 pesetas y 75
céntimos.
Curioso: 65 años después los
céntimos, (ahora obligado por la conversión al euro), han vuelto los céntimos a
las quinielas.
De lo recaudado se destinaba a
premios el 45 % de la recaudación. A la beneficencia otro 45 % y el 10 %
restante para el gasto de gestión y administración de las quinielas.
Hay que destacar por encima de
todo que la casi totalidad de la recaudación que el organismo obtenía e
ingresada en las arcas del Estado venían por los aún existentes, no reconocidos
y tan peculiares... limpiabotas.
Y otro dato. En la primera
temporada (46-47) se disputaron treinta y cinco jornadas, el precio de la
apuesta era el ya comentado de dos pesetas y la recaudación total ascendió a
9.632.010 pesetas (era mucho dinero), facturándose una media por jornada de
275.200 pesetas y de 137.600 apuestas.
Los premios se otorgaban, (aún
tardaría tiempo en llegar el famosísimo 1-X-2 del que ya hablaremos en
sucesivos capítulos), a los acertantes de los goles marcados por cada equipo y
en su defecto al ganador o empate, asignando una escala de puntos que hacía muy
complicado el sistema.
Los pronósticos empezaron a formularse sobre un complicado boleto que
comprendía cuatro cuerpos, uno para depositar en el departamento A de un buzón
dispuesto en las delegaciones y expendedurías de tabaco. Otro para depositar en
el departamento b del mismo buzón, otro para entregar en la delegación en caso
de sumar 130 puntos o más, y el cuarto como resguardo para el cobro, el cual
exigía señalar el tanteo para cada uno de los siete partidos que entraban en
juego. Estaba fijada una puntuación según el resultado: 30 puntos si el
resultado era exacto, 20 si se acertaba el ganador y la misma diferencia de
goles, 19 si había diferencia de un gol, (en aquella época al gol se le conocía
como “tanto”), 18 puntos si había diferencia de dos goles y así iba
descendiendo la escala, siempre sobre la base de acertar el vencedor.
En los casos de empate, un gol de
diferencia sobre el tanteo real suponían 19 puntos y dos goles de diferencia
suponían 18 puntos. Cualquier otra diferencia o resultado no sumaban puntos en
el boleto.
Este sistema estuvo vigente las
dos primeras temporadas de la historia de la Quiniela, (temporadas 46-47 y
47-48). Al retirar el boleto y antes de pronosticar se abonaban las 2 pesetas
que importaba la única apuesta. Al comienzo de la primera temporada de la
historia sólo funcionaban ocho delegaciones del patronato: Sevilla, Madrid,
Barcelona, Bilbao, Coruña, San Sebastián, Valencia y Vigo. Cuando finalizó la
primera temporada, sin embargo, ya funcionaban 26 delegaciones en nuestro país,
que fueron incrementándose las temporadas siguientes hasta llegar a la 54/55 que
con Huesca y Teruel se completaron todas las provincias de nuestro país.
Se instalaron buzones para el
deposito de los boletos o cupones que se podían entregar hasta las 14,00 ó
15,00 horas del domingo, sólo dos horas antes del comienzo de los partidos.
Respecto a quiénes fueron los
primeros agraciados todo el mundo entenderá que, debido al importe de los
mismos, se guardara en el anonimato...
Como puntualización curiosa y
para aclarar malos entendidos, hay que dejar constancia de que con el importe
del primer premio y en aquella época se
podían adquirir, por ejemplo y entre otras cosas, cuatro viviendas de las que
hoy una solo es soñada por muchos...
También hay que dejar constancia
de que ni en su momento se dieron a conocer los nombres de los agraciados con
el primer premio y es que, pese a estar hablando de 1946 ya en aquel entonces a
la gente le gustaba, (al igual que
ahora), guardar el anonimato. Es más, ni el propio Patronato llegó a descubrir
los nombres de los favorecidos por la fortuna quinielística-futbolística porque
también en el 46 el estado protegía la intimidad de los agraciados. Eran
tiempos en los que había hambre en España y no era cosa de que algunos
presumieran de salir de la pobreza por un quítame un gol más o menos.
Un hecho a destacar es que desde
el nacimiento de la quiniela, en este país se creó la existencia real de un
intangible que para muchos, (y aún en la actualidad), cubre una necesidad
social: la ilusión. La Quiniela futbolística, en fin, llevó la ilusión a
muchos hogares españoles en los que era moneda de cambio la cartilla de
racionamiento, no existía el subsidio de desempleo, la enseñanza no era
obligatoria ni estaba al alcance los ciudadanos, pocas niñas iban al colegio y
la mujer no tenía firma.
En 1946, en
suma, se potenció en nuestro país un sueño, el de los “14” que aun perdura, “LA
QUINIELA”.
Las franquicias de
Apuestas Deportivas en España siguen creciendo
Ya es común para casi todos. Los
tradicionales despachos de Quinielas tienen compañeros y competidores en
nuestro país, las Casas de Apuestas Deportivas.
En nuestro país, para poner en
marcha un negocio de estos, el camino más utilizado es el de beneficiarse del
sistema de franquicias. Entre sus
ventajas destaca disponer de los derechos de explotación de marcas ya
implantadas en el mercado, que son conocidas y de las que ya se hace publicidad.
Los productos ya tienen una clientela que confía en su calidad y está conforme
con los precios. Clientela que desde sus comienzos, no para de aumentar.
Sin duda son de las pocas
franquicias, que pese a la crisis actual, gozan de auge continuo en nuestro
país, las del sector del ocio y apuestas deportivas.
A través de empresas
especializadas en las apuestas provenientes de países extranjeros, se han
introducido de forma legal en el país. Al contar con su asesoramiento es más
fácil obtener este tipo de licencia imprescindible para el tipo de negocio.
El primer paso para poner en
marcha alguna de estas franquicias es la de obtener la licencia a través de
cada Comunidad Autónoma. Una vez obtenida, se lleva a cabo el acondicionamiento
del local según el estilo indicado por la central de la franquicia que fuere,
siendo ésta la que cubre los costes de depósitos de garantías legales y
similares, costes más que significativos y según cada Comunidad Autónoma,
actuales reguladores y supervisores de este tipo de negocio.
La inversión en estas franquicias
requiere pagos de derechos de explotación, royalties, cuotas de costes
publicitarios y cánones de entrada, además del alquiler o compra de local junto
con los productos necesarios, entre otros. Es decir, que no es nada fácil o al
alcance de cuatro gestiones, que requiere una gran inversión y la carga
continua de un coste considerable. Aunque eso sí, sin parar de crecer su
implantación en nuestras comunidades. Ahora le toca a Galicia.
Galicia permitirá apuestas
deportivas
La Xunta ya abrió el plazo de presentación de solicitudes que termina el próximo 24 de Noviembre, otra Comunidad Autónoma que se sube al carro y ya regula casas específicas y espacios para el envite en casinos, salones y bingos. Las máquinas se podrán instalar también en bares y recintos deportivos. Habrá hasta 2.000 puntos de venta.
Los gallegos no se cuentan entre
los españoles con más apego por los juegos de azar, pero, aún así, ya quisieran
muchos sectores económicos acercarse mínimamente a las cifras que mueve el
juego. Y aunque los tiempos no son propicios, ya que la crisis también ha hecho
mella en el negocio, la Xunta se ha dispuesto ahora a abrir el mercado en
Galicia en base a sus competencias regulando las apuestas deportivos y de
competición, con la excepción de las apuestas mutuas deportivas-benéficas, LA
QUINIELA y EL QUINIGOL.
Hasta ahora, el juego de envite, el margen de los casinos, no está
permitido, y aunque bien es cierto que en la Lei do Xogo, reguladora de los
juegos y apuestas en la comunidad (1985) contempla la posible existencia de las
apuestas deportivas, los distintos gobiernos de esta comunidad nunca habían
echado mano a su regulación. Se ve que la crisis obliga a copiar cualquier vía
de ingresos comunitarios ya existentes y explotados en otras Comunidades Autónomas
de nuestro país.
Aún con la crisis económica encima, la Consellería de Presidencia
-departamento de la Xunta encargada del juego- ha iniciado rápidamente la
tramitación para que, el próximo año, los gallegos puedan hacer legalmente sus
apuestas deportivas al estilo de las populares porras de bar, e incluso en los
propios locales de hostelería.
El juego en Galicia, -sin contar los que explota el Estado a través de
Loterías y Apuestas-, reportó unos ingresos a la Hacienda de la comunidad
gallega de casi 70,2 millones de euros en 2010. La cifra no es nada desdeñable
para seguir apostando por ampliar las posibilidades de recaudación, aunque la Hacienda
Autonómica no cuenta todavía con una estimación sobre la futura recaudación con
el nuevo juego de envite. Apuntando como perfil a mirar, los más de 21.000.000.-
de euros facturados por el LAE en Apuestas Deportivas durante el año 2011 y en
esa Comunidad Autónoma.
La Xunta prevé la instalación de 2.000 máquinas en bares y restaurantes
a las que se sumarán otras 600 que se repartirán entre esas nuevas casas de
apuestas, casinos, bingos o incluso recintos deportivos, como pudieran ser los
estadios de Balaídos o Riazor. Las empresas que lleguen a instalar un total de
100 máquinas de este tipo estarán obligadas a abrir una casa de apuestas.
Por lo que se refiere al montante de las apuestas, éstas no podrán
sobrepasar los 20 euros en los locales de restauración, mientras que la unidad
máxima de apuesta en los lugares específicos para ellas será de 100 euros para
las apuestas mutuas y de contrapartida, y hasta de 600 euros para las cruzadas.
Las apuestas mutuas son aquellas en las que un porcentaje de las
cantidades apostadas por diferentes jugadores se reparte entre los acertantes
de manera proporcional a lo apostado, y las de contrapartida son las que juegan
contra la casa. Ambas tendrán un máximo de 100 euros.
Por lo que se refiere al pago de los premios no excederán de 24 horas a
partir de la determinación de la validez de los resultados del acontecimiento objeto
de la apuesta. El cobro de premios se realizará sin costo para los usuarios en
las casas de apuestas, así como en los lugares que la empresa autorizada pueda
disponer. Los establecimientos hosteleros con máquinas no pagarán los premios,
sólo dispondrán de terminales expendedores.
Como no podía ser de otra forma, diez años ya y seguimos informando,
diez años ya y sigue creciendo su seguimiento al nivel de nuestro fútbol,
aportando vía, ahora también de las Comunidades Autónomas, al deporte
supervisado por el CSD.